» TUPEMESA es una de las principales empresas del sector y cuenta con la planta más moderna del Perú, con tecnología de punta y personal altamente calificado.»

La corrosión de estructuras metálicas en el Perú tiene un altísimo costo para las empresas y los gobiernos regionales, locales y nacional, que periódicamente han de invertir en trabajos de mantenimiento y reparación de elementos tanto de la vía pública -vallas, barreras de protección, semáforos, etc.- como de edificios -techos, escaleras y, sobre todo, estructuras de concreto armado-.
La causa de este daño radica, fundamentalmente, en que nuestro país tiene más de 3000 kilómetros de costa, y esto supone una gran exposición a factores como la salinidad, la humedad y la lluvia, que provocan oxidación y deterioro en todo tipo de construcciones en las ciudades costeras.

Si nos atenemos exclusivamente al sector construcción, esta realidad geográfica y climática nos enfrenta al desafío de plantear los proyectos
bajo una mirada a largo plazo que no considere solo los costos iniciales en el empleo del acero como refuerzo de las estructuras de concreto armado, que, frente a lo que muchos erróneamente piensan, se deterioran con el paso del tiempo debido a la corrosión. La explicación es muy sencilla: como todo elemento fabricado en acero, estas estructuras sufren porque el concreto es un material poroso y es penetrado por los elementos corrosivos de la atmósfera, que alcanzan la barra al no contar
esta con protección.

Lo que ocurre es bien conocido por cualquier profesional del sector: manchas, agrietamiento, descascarillamiento y eventuales deficiencias estructurales, lo que en el peor delos casos deriva en situaciones catastróficas y potencialmente letales; y que genera como mínimo unos
gastos de mantenimiento constante y costosas reparaciones. Además de ser caro, enfrentar la corrosión luego de haber realizado la construcción es disruptivo, ya que parte o la totalidad de los espacios necesitan ser cerrados periódicamente para mantenimiento o reparación.

Frente a esta problemática, el galvanizado por inmersión en caliente es una propuesta eficaz y económica para asegurar la longevidad y durabilidad de las estructuras de concreto armado. Debe ser, por tanto, la primera opción para las empresas, ya que funciona y cuenta con experiencia demostrada en países como Estados Unidos, “donde el consumo per cápita es de 14 kilos, mientras que en Europa es de 20, de 7 en el vecino Chile, y de menos de 2 kilos por habitante en el Perú, explica Bruno Rubio, PM de servicio de Galvanizado de TUPEMESA.

Para hacernos una idea de los costos, a pesar de que en Estados Unidos se emplea hace más de 75 años el galvanizado y de que su utilización es muy superior si la comparamos con el Perú -con muchas edificaciones y puentes icónicos que confían en su durabilidad y resistencia-,
se estima que el daño por corrosión en estructuras de concreto reforzadas en ese país es de 20 000 millones de dólares cada año.

INMERSIÓN EN CALIENTE

El galvanizado consiste en sumergir una pieza de acero en una piscina de zinc a 450 grados centígrados de temperatura, lo que permite formar una aleación metalúrgica entre la varilla de acero y el recubrimiento de zinc y contar con elementos resistentes incluso a los impactos, ya que este recubrimiento permanece intacto y fuertemente unido. Con este proceso, la pieza queda sellada y no se oxida ni se corroe, por lo que su duración es muy superior a elementos que solo están cubiertos por una capa de pintura.

Además de la reducción de costos, los principales beneficios del galvanizado son que las estructuras de acero pueden alargar su vida útil por más de 30 años y sin necesidad de algún mantenimiento estructural; y resultan fáciles de pintar y soldar, ya que el baño de zinc no complica el pintado ni armado de las estructuras.

Según Rubio, el reto en el Perú es “el desconocimiento de este tipo de soluciones y los grandes beneficios que pueden generar”. Por eso, el sector se unió para crear la Asociación Peruana de Galvanizadores – ASPEGAL, que demanda una reglamentación desde el Estado para considerar la implementación de elementos galvanizados en los proyectos.

Pensemos por ejemplo en una ciudad como Lima, donde es habitual observar a trabajadores pintando estructuras metálicas como vallas,
semáforos, señales de tránsito, puentes, arcos y vallas del perímetro de una losa deportiva; donde se producen accidentes por la rotura de
juegos para niños y bancos oxidados en los parques infantiles… ¿Por qué las municipalidades no invierten en soluciones que ayudarían a reducir gastos y mejorar la seguridad?”, se pregunta Rubio.

En este contexto, TUPEMESA es una de las principales empresas del sector y cuenta con la planta más moderna del Perú, con tecnología de
punta y personal altamente calificado que asegura un servicio de calidad en los tiempos más breves del mercado.

A TENER EN CUENTA

  • El galvanizado deber ser recomendado e importante implementarlo en el sector construcción, pero también para sector minero, de transporte, eléctrico, marítimo, de telecomunicaciones y el sector público.
  • Perú es el segundo productor de zinc a nivel mundial, con lo que el consumo de servicios de galvanizado contribuye con el desarrollo
    de la industria nacional.
  • En el Perú se galvanizan mas de 35 000 Toneladas de acero al año.
  • El costo de la corrosión a nivel mundial se estima en 2.2 trillones de dólares, según The World Corrosion Organization.

Fuente:

Revista Constructivo Ed. 144 Agosto -Setiembre de 2020 (pag. 92-93)

https://virtual.constructivo.com/edicion/rc144/

 

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